sábado, 6 de septiembre de 2008

Huéspedes indeseables

La página web Concierge.com acaba de publicar un ‘ranking’ con las celebridades a las que los hoteles les tienen miedo. Michael Jackson encabeza la lista por cuenta de sus caprichos, como obligar a los World Music Awards a reservar en 2006 todo el hotel Hempel de Londres y exigirles a los empleados improvisar una muralla de cinco metros para proteger su intimidad. También le dio puntos su irresponsabilidad cuando en 2002 balanceó en el balcón de un hotel de Berlín a su hijo Prince Michael II. En esta clasificación no podía faltar Amy Winehouse por haber destrozado a principios de año una suite del Riverbank Plaza londinense. Algunos inquilinos se quejaron de los olores a drogas que salían de su habitación. En otra oportunidad la cantante y su esposo aparecieron ensangrentados a las puertas de un hotel. Es lógico que Britney Spears, con sus arrebatos, y Naomi Campbell, con sus ataques de ira, hagan parte de la lista. Lo curioso es que haya sido incluida la discreta Nicole Kidman. Al parecer, su elección se debió a sus extrañas manías como llevar centenares de juegos de sábanas y cantidades similares de ayudantes, así como por hacer cambiar todos los bombillos de su cuarto. También se mencionan figuras del pasado como Imelda Marcos, que cambiaba el color de los tapetes, y Salvador Dalí, quien llegó a meter felinos salvajes, caballos, un rebaño de ovejas y hasta moscas traídas de las Tullerías de París en sus cuartos.

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